[Entrenamiento] Hayato - Espadachín.

por Invitado Vie Abr 12, 2013 10:45 pm

El clima sería soleado, como cualquier otro en esa larga y solitaria primavera. Sobre la rama de un árbol se encontraba un joven de cabellos plateados, unas marcas color rojo en sus mejillas y una misión en su mente. Hacerse fuerte.

-El destino me ha pedido que incremente mi poder, no solo en forma mágica sino también en fortaleza física. He de superar a los que se hacen llamar “Magos Elite”, no pienso caer bajo los pies de alguien o mucho menos, arrodillarme ante esos sujetos que son los líderes de una monarquía impuesta.-

Profesando aquellas palabras, haría aparecer sus espadas gemelas, las cuales aparecerían tras un leve resplandor en ambas manos de aquel albino muchacho. Acto seguido comenzaría a bajar de aquella larga rama, dejando que su peso vaya a su pie derecho, luego con la punta de su pie tocaría el suelo, solo para rodar en este y así evitar daño alguno. En cuanto estaría de pie nuevamente este comenzaría a mover sus espadas, haciéndolas bailar en sus manos, logrando que estas comiencen a cortar el aire que se encuentra alrededor de él, imitando una danza árabe, teniendo un poco de ritmo con sus acciones.

por Invitado Vie Abr 12, 2013 11:09 pm

Un segundo después de terminar aquella pequeña danza, juntaría ambas espadas en su mano izquierda, para así comenzar a lanzar leves pero certeros cortes en horizontal al aire, intentando hacer que el filo de la espada cortase por momentos el aire, al tiempo que pararía en seco. Sintiendo la mirada de algún otro ser en las proximidades de donde él se encontraba.

-Tsk…-

Murmuró un momento para así solo tomar sus espadas, una en cada mano, mirando alrededor sin tener la necesidad de moverse, solo siguiendo un ritmo suave con los ojos, como si lograse ver que aquel ser que se encontraba espiándole se moviera alrededor de él.

-Deja de moverte y sal de una vez.-

Mencionó el albino, en forma retadora, al igual que un tanto arrogante apretando con ambas manos las espadas que poseía en ellas, mirando de forma cautelosa como aquel pequeño arbusto que se encontraba frente de sí comenzaba a moverse, sacudiéndose de un lado a otro de forma imprudente. Al momento en el que aquella bestia saldría de aquel arbusto, el chico comenzaría a correr a donde este se encuentra. Para así lanzar un tajo horizontal doble, haciendo que ambas espadas se crucen casi a la altura de aquella criatura, la cual no era nada tonta, tomando sus grandes garras golpearía aquellas espadas, para así mantener al joven albino en defensa.

por Invitado Vie Abr 12, 2013 11:33 pm

Aquel monstruo no sería otro más que un gran oso, una bestia que no solo ataca por instinto sino que son muy fuertes físicamente. El albino solo se limitó a sonreír con media boca, llegando a mostrar ligeramente sus caninos, haciendo más presión con las piernas empujaría las garras de la feroz bestia. Esta por su parte solo gruñiría al sentir los impulsos que daba el peli blanco, pero tampoco se rendiría, esta inclusive comenzaría a empujar con más fuerza al chico, haciéndolo retroceder demasiado al punto de que este lograba ver de reojo que se aproximaba a un tronco de árbol casi siendo impactado en este, el peli plateado se movería a un lado haciendo que la bestia golpeara su propio rostro contra aquel árbol.

-Jeh, estúpido.-

Tras burlarse de aquel animal, este solo se enfadaría aún más. Lanzándose con furia a donde se encuentra Hayato. Este por su parte solo lo esperaría, blandiendo la espada corriendo también hacia el monstruo que iba a golpearle, acortando la distancia lo más rápido posible. No solo para espantarlo, sino para que este viera que era poco el miedo que este le daba al humano.

por Invitado Vie Abr 12, 2013 11:58 pm

El chico al aproximarse de forma violenta a aquel gran animal, solo le inspiraba que este retrocediera aunque sea un segundo, este aprovecharía para así lanzar una pequeña estocada, técnica usada en el famoso arte del florete, para así intentar acabar con la vida de aquel gran monstruo que lo atacó por sorpresa. Para aún más sorpresa del peli plateado, aquella criatura solo había sido rasguñado por una de sus espadas, no le había logrado perforar más allá de la piel que estaba por debajo de su pelaje, apenas y salía un poco de sangre.

-Es más duro de lo que pensé. –

Musitó el chico para así alejarse de aquella zona, comenzando a correr de forma despavorida, no solo para ganar distancia y planear una nueva táctica, sino que para cansar a aquella criatura. Corriendo sin descanso alguno, subiría una montaña, notando como el oso adquiría casi la misma velocidad que él, este comenzaba a lanzar alguno que otro golpe para intentar alejarlo o simplemente hacerle perder el balance.

-Vamos, maldita cosa, acércate más, y estás frito.-

Dijo para así detenerse en la parte superior de aquella pequeña colina, manteniendo sus espadas en ambas manos, esperando a que aquel oso simplemente fuera a por él y así acabarlo de una buena vez.

por Invitado Sáb Abr 13, 2013 12:09 am

La criatura llegaría a donde este se encuentra, no solo para esperarle, sino para atacarle directamente a donde se encontraba el pecho de este. Afortunadamente para el humano, logró con sus reflejos golpear la mano del oso, sintiendo como si aquella criatura hubiese tenido la intención de matarlo de un solo zarpazo. Pero este al rechazar el golpe haría que su tiempo de vida se incrementase, al igual que aquella adrenalina que lo haría incrementar las ganas de pelear contra aquel gran ser aquel monstruo viviente sería posiblemente su próxima comida.

-Bien, no tengo mucho que decirte maldito, solo que eres bueno.-

Mencionó para así saltar un poco hacia atrás, acto seguido, llevaría ambas manos en las cuales tenía sus espadas gemelas a su cintura, como si estas fueran un par de katanas a punto de ser desenvainadas. Para así ir a donde aquella criatura se encontraba, lanzando un doble tajo horizontal, esta vez sí llegaría a golpear el estómago del monstruo por lo que la sangre que saldría de la herida sería aún más que la vez anterior. El monstruo retrocedería para así solo gruñir y enojarse aún más con el chico.

-Vamos acércate.-

Dijo en tono retador al igual que confiado. Tomando sus espadas para colocarlas en esa misma postura esperando a hacer el tajo de nueva cuenta.

por Invitado Sáb Abr 13, 2013 12:22 am

El oso iría a donde este se encuentra, no solo para vengar el golpe que le había dado sino para acabar con las últimas esperanzas de este. Mientras el chico continuaba con aquella postura de kendo esperando a que se aproximase cada vez más para así darle el “golpe final”, solo sentiría como su respiración se calmaba su vista se hacía más aguda. Al igual que su intención de corte, por lo que solo tenía que mantenerse así, no solo para espantar a la criatura sino para mejorar su fuerza.

-Uhm…-

Suspiró el albino mientras que en un solo parpadeo pudo divisar al oso que ya se encontraba justo frente a él. Por lo que con un fuerte tajo intentaría cortar el hocico de este. Lanzando un par de tajos horizontales, los cuales iban de izquierda a derecha solo resonarían contra algo casi igual de duro que estas. Se trataba de las uñas de aquella criatura, al parecer esas raras uñas eran hechas de un material similar al metal pero fortalecido al paso de los años por ese monstruo viviente.

-Pero que…-

No pudo terminar de decir aquella frase ya que el ser golpearía uno de los brazos del chico, haciendo que este se lance a un lado, para así no recibir del todo el daño ocasionado por sus fuertes uñas haciendo que este solo tape la herida lo más rápido posible con una venda improvisada de sus ropas.

por Invitado Sáb Abr 13, 2013 12:47 pm

Sintiendo como la pérdida de sangre intentaba incrementar, el chico solo mantenía su mirada fija en aquel oso, aquel ser responsable de que su sangre fuera derramada en su brazo. Mientras que este continuaba ajustando aquella venda improvisada con sus ropas, la criatura no esperaría a que este terminara, correría de forma violenta a donde el muchacho se encontraba. Este por su parte, dejaría aquella herida superficial para así volver a sujetar sus espadas yendo a acortar la distancia entre la criatura y él, lanzando un corte en diagonal desde la pata delantera del lado izquierdo hasta la parte del hombro del derecho, logrando dar un gran golpe haciendo una herida un tanto profunda.

-Vamos, cae-

Dijo mientras que rodaba un momento por el suelo, manchando su ropa de aquella arena suelta que se encontraba en el suelo de aquel espeso y profundo bosque. Para así solo sentir aun más ardor en la herida que intentaba sanar rápido que le ocasionó aquel oso de gran tamaño. Al ver que el oso caería en el suelo, este solo sonreiría ya que pensaba que la victoria estaba más que segura. Por lo que hiso desaparecer aquellas espadas de sus manos, solo para sujetarse el hombro que tenía rasguñado.

-Bien, parece que murió.-

Dijo antes sin darse cuenta que aquel monstruo comenzaba a levantarse de nueva cuenta, por lo que este al verlo de pie en sus dos patas traseras, solo se quedó un tanto pasmado.

por Invitado Jue Abr 18, 2013 8:37 am

El mago el cual andaba herido de su hombro, no podía permitirse el hecho de que un simple y común oso con unas garras más que fuertes lo matasen, por lo que este se levantó de aquel lugar mirando fijamente el rostro de aquel endemoniado ser que la ira lo mantenía cegado, que el hecho de querer eliminar a aquel humano era lo más importante para él. Por lo que la bestia se acomodó en sus cuatro patas, lanzándose a donde este se encontraba, para así gruñir y dar un grito de guerra que posiblemente el siguiente ataque decidiría todo por todo.
El humano, sujetando un pedazo de madera que estaba en el suelo, simplemente miraría el entrecejo de aquel ser que se aproximaba a gran velocidad a donde este se encontraba. Cerraría sus orbes un momento, recordando aquel entrenamiento que había tenido en el pasado, aquel largo y pesado entrenamiento que en su niñez lo obligaron a tener sus padres. Por lo que este solo suspiraría un momento, manteniendo los ojos cerrados. –Hora de morir.- Diría el chico, acto seguido abriría sus orbes fijando a aquel oso, usando su pie izquierdo como un pie de apoyo daría un largo salto, este salto sería al ras del suelo por lo que no se notaría que brincó sino más bien que mantiene el vuelo por sobre el suelo.

La distancia entre ambos, tanto la del oso como la del humano se acortaba poco a poco, haciendo que la tensión del lugar se pudiese cortar con una galleta. El campo atmosférico que rodeaba aquel encuentro entre la bestia y el humano sería algo épico, algo que nadie debería perderse a simple vista, pero lamentablemente en esas situaciones el mago se encontraba solo, nadie podía ver su gran fuerza ni nadie lo podría apremiar.

por Invitado Jue Abr 18, 2013 8:52 am

Era una ráfaga de golpes, por parte del oso este apuntaba sus garras las cuales estaban hechas más que fuertes por escalar árboles o cortar cosas o seres apuntaban a los puntos vitales de aquel humano, mientras que este repelía dichos ataques con su espada de madera, haciendo que las uñas poco a poco se vayan encajando en el madero. Mientras que evitaba con suma gracia los golpes que daba la otra garra, al igual que las mordidas que el oso intentaba darle al rostro del humano.
Dando un leve salto hacia atrás lograría evitar una gran cantidad de golpes y mordidas que el oso le intentaba dar, pero así haría un poco de distancia entre ambos. El humano solo daba una sonrisa un tanto confiada, esperando a que aquel gran ser se acercara para atacarlo, dando unos pasos hacia atrás chocaría contra un árbol sintiendo este solo haría que suelte un suspiro de preocupación. Viendo y notando eso el oso se lanzaría a donde el humano, intentando acortar las posibilidades de escape de este, mientras que este, tras dar el suspiro sonreiría de medio labio ya que todo salía como él quería que saliera, al ver que el oso lanzaba su garra izquierda para perforar las piernas del muchacho, este saltaría un poco, apoyando ambos pies en el tronco del árbol y así saltar hacia delante, provocando que las garras del enorme ser se enterrasen en el árbol, acto seguido giraría en el aire para quedar de cabeza a espaldas del oso, luego solo lanzaría la espada de madera improvisada a un panal de abejas, para hacer que este se altere, haciendo que las abejas salgan de su panal y vayan a donde el oso se encontraba. Con una risa un tanto infantil solo diría. -Nos vemos y suerte con las abejas.- Diciendo eso saldría corriendo bajo la montaña, esperando a que las abejas no lo alcanzaran.

Al bajar de la montaña solo diría para sí mismo. –Nunca me atrevería a matar a un ser tan grande el cual se ha convertido en un muro a superar, ya que si hubiese intentado algo, sus patas traseras me hubiesen terminado de eliminar, por eso no lo pude matar, tengo que hacerme más fuerte…-
Diciendo eso terminaría su entrenamiento el cual le recordaría las habilidades con la espada que poseía en el pasado.

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