En mi dormitorio (Priv. Rin)

Estaba descansando en mi cama después de un día agotador haciendo misiones fuera de aquí, quería dormir para renovar mis energías gastadas, pero no podía conciliar el sueño por mas que quisiera, así que solamente puse las manos detrás de mi cabeza mientras observaba el techo de mi habitación, no tenia otra cosa mas que hacer así que esperaba que muy pronto me sintiera con fuerzas para poder salir a la ciudad o hacer otra misión.

Vaya fastidio....

Decía al saber que no tenia con que entretenerme, los pocos amigos que tenia no se encontraban aquí y no sabia que hacer, así que rodé un poco en mi cama esperando acomodarme en ella para encontrar una buena posición en la cual dormirme, pero seguía siendo inútil, no podía dormir, así que simplemente me pare de mi cama, era un desperdicio estar acostado ahí sin poder dormir y me asome por la ventana para ver que pasaba afuera y distraerme un poco de la soledad que tenia en mi, me di cuenta al momento que no tenia nada que hacer, pero siempre había sido así, asi que no me sorprendí.

Habia llegado la noche, y la mayoría de todos los del Gremio ya se habian ido a sus respectivas habitaciones, y yo tenía que irme a la mía, pero algo me dí centa, que una habitación estaba prendida y habia alguien despierto, ¿Quién estaría despierto a esta hora? Si que aunque tenía algo de pena, y llevaba a Nami en mis brazos, miré de reojo de quien era, y mis presentimientos eran ciertos, era Rogue, el Dragon Slayer de la Oscuridad, aunque yo también era una Dragon Slayer, Rogue era el más antiguo del Grmeio, y sobre todo, el más fuerte, si que cuidadosemente, sin que nadie se diera cuenta, me comencé a alejar lentamente, ya que no quería interrumpirlo, pero en eso Nami se despertó.

- Nami tiene sueño...

Asustada, ya que habló fuerte, miré a Rogue algo nerviosa, y le dije.

- Perdón, perdon... No me di cuenta, y soy una estúpida por espiar...

Mientras que mi rostro reflejaba que lo único que queria, era un abrazo.

Voltee la mirada hacia la puerta al haber escuchado un ruido, era Rin, una maga de este gremio, menos mal o hubiera atacado sin pieda, solo la conocia a ella de vista, ya que no soy de los que le gusta hacer amigos y menos si no es necesario, asi que al verla disculparse de manera muy nerviosa por haberse intrometido en mi habitacion sin permiso no me quedaba mas que hablar para responderle de una forma tranquila para que no se sintiera tan mal y pudiera sentir un poco menos de soledad.

Tranquila, no pasa nada, puedes irte.

Dije viendola al rostro pero esta solo miraba al suelo apenada, no se movio ni un poco asi que me acerque a ella, cuando y la tome por los hombros, cuando vi de cerca su mirada sabia que queria decir, necesitaba un abrazo, yo solia tener esa mirada antes y sabia que se sentia, ya habia pasado por eso, asi que despues de saberlo no se lo pude negar ya que me sentia identificado un poco con ella por eso, asi que mientras pase mis manos de sus hombros a su espalda y la aprete un poco hacia mi para que le pasara ese pesar que sentia en este momento mientras le decia.

Tranquila, todo esta bien.

Trás al recibir el abrazo de Rogue, me sentia un poco mejor, ya que tenía apoyo de alguien y eso me hacia sentir alegre.
Trás el abrazo, estubimos harto tiempo abrazados, y yo solamente dejaba caer lagrimas por mis ojos, ya que mi mente estaba totalmente nublada ante muchas interrogantes que mi corazón tenía, una de esas era, porque era tan débil, y muchas veces el porqué a mi sano juicio, no podía superarme, y más por problemas internos que no vale la pena comentar, pero, sobre todo, habia un problema que era realmente grabe, es que me sentía sola con mi hermano en el Gremio, ya que la mayoría de los chicos tenian sus grupos, o simplemente no hablaban ya que solo se dedicaban a ser más fuertes, si que le dije entre llantos a Rogue.

- Soy muy débil... Si sigo así, me echarán del Gremio, a mi, y a mi hermano...

Dije eso, mientras que mi cuerpo se comenzó a helar, ya que estaba haciendo mucho frio esa noche.

Mientras la abrazaba note como empezaba a llorar, sentía sus lagrimas caer de sus ojos hacia mi ropa, no sabia que hacer, no estaba acostumbrado a dar abrazos así que me pareció algo incomodo, pero poco a poco me empece a sentir mejor, sentir el calor de otra persona a mi lado y tan cerca uno del otro me daba un tranquilidad y me aliviaba por completo, así que empece a quitarle las lagrimas de los ojos cuando ella dijo que era muy débil y por culpa de eso los echarían del gremio a el y su hermano, tal vez se refería al rubio que había visto algunas veces pero no frecuentaba verlo mucho por aquí, se parecía mucho a ella la verdad, así que solo le respondí para mantenerla mas tranquila.

Si tienes algo que proteger te podrás volver mas fuerte, no te preocupes, ademas si quieres, podría ayudarte a fortalecerte.

Dije seguido que un viento helado me impactaba y podía notar el cambio de temperatura en el calor corporal que teníamos Rin y yo, así que sin instintivamente la abrace mas fuerte para conseguir mas calor, no se si ella la tomaría a mal pero en el momento que me di cuenta le tome la mano e hice como si nada y la lleve a lado de mi cama para sentarnos y hablar un poco mejor.

No se si sientas el frió que hay aquí, pero si quieres puedes taparte con las colchas de mi cama para que te sientas mas a gusto.

Dije mientras le señalaba las colchas que estaban justo detrás de donde estaba sentada, mientras yo voltee a mirar el techo, me sentía nervioso y aliviado al estar a su lado, nunca había sentido algo así pero me gustaba mucho tenerla cerca de mi, así que la voltee a ver mientras un poco sonrojado pero era muy poco, casi ni se notaba.

Realmente las palabras que escuchaba que provenían de los labios de Rogue realmente me tenían bastante impresionada, jamás pensé que el chico que consideré frio desde un principio, y también distante tendría tan buen corazón, si que eso me dejó bastante impresionada, como él dijo, tenía mucha razón, el frio estaba golpeando fuertemente y yo estaba usando una ropa demaciado ligera, si que acepté la invitación de él aunque con algo de vergüenza y me acosté en la cama que seguramente era de él, si que me tapé y le respondí a la ayuda que él me estaba ofreciendo.

- ¿Realmente me ayudarías?